Falsos mitos sobre los filtros de habitáculo: todo lo que un profesional debería saber.

Índice
- Por qué existen tantos falsos mitos sobre los filtros de habitáculo
- Mito #1 – Todos los filtros de habitáculo son iguales
- Mito #2 – Los filtros de habitáculo no son realmente necesarios
- Mito #3 – Los filtros de habitáculo duran para siempre
- Mito #4 – Los filtros de habitáculo del mercado de recambios no cumplen con las normativas
- Mito #5 – Los filtros de carbón activo eliminan cualquier olor
- Conclusión
1. Por qué existen tantos falsos mitos sobre los filtros de habitáculo
Los filtros de habitáculo son un componente fundamental para el confort y la salud de quienes viajan en coche, pero paradójicamente están entre los menos conocidos y más subestimados. No son visibles, no indican su desgaste de forma directa y a menudo se ignoran en el mantenimiento ordinario.
Precisamente por eso, con el tiempo se han difundido lugares comunes y creencias erróneas sobre qué hacen realmente, cuánto duran y cómo evaluar su calidad. Esta guía nace para ayudar a talleres, distribuidores y operadores del sector a aclarar estos puntos, desmontando con precisión técnica los principales falsos mitos.
2. Mito #1 – Todos los filtros de habitáculo son iguales
A simple vista, un filtro de habitáculo puede parecer sencillo: una estructura de papel o tejido plisado. Desde fuera, es difícil distinguir un producto premium de uno económico. Esto lleva a muchos profesionales a pensar que todos son intercambiables y que la elección depende solo del precio.
No todos los filtros son iguales. Las diferencias técnicas pueden ser notables:
- Tipo de material filtrante (celulosa, microfibra sintética, tejidos técnicos)
- Número de capas filtrantes: algunos tienen hasta 3 o 4 capas con funciones diferentes
- Presencia de carbón activo o tratamientos antibacterianos
- Capacidad de filtración sobre PM10, PM2.5, PM1
- Resistencia a la humedad y estabilidad dimensional
Un filtro fabricado con materiales de baja calidad puede parecer similar a uno de alta gama, pero no ofrece el mismo rendimiento con el tiempo y puede provocar fallos en el sistema HVAC. Evaluar los datos técnicos y las certificaciones es esencial.
3. Mito #2 – Los filtros de habitáculo no son realmente necesarios
El filtro de habitáculo no incide directamente en la mecánica del vehículo y su mal funcionamiento no genera averías inmediatas. Además, muchos conductores no conocen su existencia, y algunos talleres lo excluyen del mantenimiento básico.
El filtro de habitáculo es el único escudo entre el aire exterior y las vías respiratorias de los ocupantes. Su función es:
- Retener polvo fino y partículas atmosféricas (PM10, PM2.5, PM1)
- Bloquear alérgenos como polen y esporas
- Neutralizar gases nocivos y malos olores (en los modelos con carbón activo)
- Proteger el sistema HVAC de obstrucciones y desgaste
Numerosos estudios confirman que el aire dentro del habitáculo, sin un buen filtro, puede estar hasta 5 veces más contaminado que el aire exterior. Los filtros modernos, especialmente los antibacterianos, ayudan a mejorar el bienestar, reducir riesgos sanitarios y aumentar la percepción de calidad del cliente.
4. Mito #3 – Los filtros de habitáculo duran para siempre
Como no existe un indicador de desgaste y “el aire todavía sale”, muchos usuarios creen que el filtro sigue funcionando. Algunos lo dejan instalado durante años, ignorando la acumulación invisible de suciedad y humedad.
Un filtro de habitáculo se satura progresivamente: retiene partículas hasta que su superficie activa ya no puede absorber más. Con el tiempo:
- Aumenta la pérdida de carga, reduciendo la eficiencia del sistema
- Se crea un ambiente favorable a mohos y bacterias
- La capacidad para retener partículas y olores disminuye drásticamente
La sustitución recomendada es cada 12 meses o 15.000 km, más frecuentemente en entornos urbanos, polvorientos o húmedos.
5. Mito #4 – Los filtros de habitáculo del mercado de recambios no cumplen con las normativas
La idea de que “no original” significa “no controlado” sigue estando muy extendida. Algunos piensan que solo los filtros del fabricante del vehículo son seguros y certificados.
Los filtros producidos por empresas serias del mercado de recambios deben cumplir normativas precisas. En particular:
- UNI EN ISO 9001: gestión de calidad
- UNI EN ISO 14001: sostenibilidad ambiental
- REACH: control de sustancias peligrosas
Además, los filtros se someten a:
- Pruebas de eficiencia de filtración sobre partículas y alérgenos
- Ensayos de duración en condiciones reales y simuladas
- Verificación de compatibilidad con el sistema A/C
Un producto aftermarket bien diseñado puede ofrecer prestaciones certificadas y una fiabilidad igual o incluso superior a muchos productos OEM.
6. Mito #5 – Los filtros de carbón activo eliminan cualquier olor
El término “carbón activo” tiene una connotación muy positiva en el lenguaje común. Muchos lo asocian con una purificación total, y creen que basta con este tipo de filtro para eliminar cualquier tipo de olor o sustancia.
Los filtros con carbón activo tienen una capacidad de absorción selectiva. Son eficaces para retener:
- Compuestos orgánicos volátiles (COV)
- NOx, ozono y otros gases urbanos
- Moléculas olorosas relacionadas con el tráfico
Sin embargo:
- No eliminan olores internos del vehículo (como moho en los conductos HVAC, humo, mascotas)
- No neutralizan virus ni bacterias (se requieren tratamientos antibacterianos específicos o filtros HEPA)
- Tienen una duración limitada: el carbón se satura con el tiempo y pierde eficacia
Un buen filtro de carbón activo funciona correctamente si se reemplaza a tiempo y se acompaña de un mantenimiento regular del sistema A/C.
Conclusión
Comprender cómo funcionan realmente los filtros de habitáculo —y desmontar los falsos mitos que los rodean— es el primer paso para tomar decisiones técnicas acertadas y ofrecer un servicio de calidad a tus clientes.
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